jueves, 25 de mayo de 2017

10 CONSEJOS PARA SER UN BUEN ESTUDIANTE


1. La inteligencia

Existen personas muy inteligentes que apenas necesitan estudiar, así como otras para quienes –pareceque estudiar no es lo suyo. Pero lo normal es tener una inteligencia media y los buenos resultados se obtienen con una  motivación adecuada que facilite el esfuerzo que supone estudiar. Piensa cuáles son las razones que tienes para estudiar. Cuanto más valiosas sean, mejor. Sin voluntad de estudiar, no hay nada que hacer... y los motivos que tengas para estudiar son decisivos.

2. No tengo voluntad

Esto es muy frecuente y que le ocurre a muchas personas de tu edad y que tiene que ver con los cambios que se dan en la adolescencia. Hay muchísimas otras cosas que son más divertidas. Pero te estás jugando el futuro... en unos años decides lo que vas a ser el resto de tu vida...
Hay alumnos que han repetido curso con buenas notas... Han cambiado, tienen un motivo. Así como tú lo tienes para oír música, hacer deporte, irte con los amigos y amigas... debes tenerlo, para estudiar. Y ese motivo ha de salir de ti. Los premios y los castigos pueden ser eficaces, pero a la larga no son lo decisivo. Tienes mucha voluntad, entonces a ejercitarla.

3.  Las técnicas de estudio

Habrás oído hablar o lo habrán dicho de ti: “este chico no sabe estudiar”. Hay maneras de aprender a hacerlo, muchos libros, páginas web la ayuda de un profesor o de tus padres. Pero en el fondo, todo es sentido común, incluso esto mismo que te estoy diciendo. A estudiar se aprende estudiando y tú mismo verás cuáles son los sistemas que te van mejor. Si quieres aprender algo más, sigue leyendo.

4. Lo más básico

Para estudiar eficazmente, necesitas un lugar de estudio tranquilo, donde todo esté a mano, con una silla cómoda y luz suficiente. Y nada de música, ni televisión. No te engañes, con música no se puede estudiar: puedes dibujar, copiar..., pero no memorizar ni concentrarte. No te levantes a cada momento..., persevera sentado al menos 45 minutos. Luego descansa 5-10' y... sigue.
Si entre lunes y viernes no has obtenido 10-12 horas de estudio, el fin de semana hay que recuperar. Y algo más en tiempo de exámenes. Deja, si puedes, para el fin de semana las tareas que te lleven más tiempo: Una lámina de dibujo, un trabajo para una asignatura.
Es una pena que pases el tiempo haciendo como que estudias cuando tu cabeza está muy lejos. Deja de soñar despierto. Aprovecha el tiempo y luego, podrás hacer muchas otras actividades.

5. En clase. Los apuntes
 
Es una tontería perder el tiempo en clase. Si aprovechas este momento, tendrás mucho adelantado. Si, por alguna razón, te dejan tiempo libre, de estudio, adelanta tarea.
Puede que el profesor siga el libro: en ese caso toma notas de lo que dice, de aquello en lo que insiste. Si da apuntes, sigue atento y toma nota de todo lo que puedas, con sentido común. Subraya aquello que repita, es lo que considera básico.
De una manera u otra, luego tendrás que repasar lo que has escrito –no hace falta que lo pases a limpio  pero deja claro el tema  de modo que lo entiendas, ahora y dentro de unos meses. Si has faltado a clase o tienes los apuntes incompletos, pídeselos a un  compañero/a.

6. Memorizar

En la mayoría de las asignaturas tendrás que estudiar “de codos”, memorizar los contenidos de las lecciones. No intentes aprenderte algo que no entiendes; por eso es tan importante lo que te dije en el punto anterior.
Cada persona tiene su propio sistema para fijar en la memoria las lecciones: leerlo en voz alta, repasarlo varias veces e intentar repetirlo sin mirar el texto... lo importante es que tengas en cuenta que no te sabes un tema si no eres capaz de explicarlo. Y es muy conveniente que estudies cada día lo explicado en clase. Así te será más fácil, pues los tienes “frescos” en la memoria y es mejor aprender un texto corto que enfrentarte a un montón de páginas cuando lleguen las épocas de evaluaciones.

7. Los exámenes

Se dice por los profesores que el curso se aprueba en Septiembre. No valen excusas: ya estudiaré cuando llegue el examen es un enorme error. Si estudias cada día cuando llegue el momento del examen sólo tienes que repasar conocimientos ya adquiridos, recordar lo que ya sabes. Si lo dejas todo para el final, acabarás con la cabeza llena de fórmulas, definiciones, fechas, etc...  y formarás un caos.
Los exámenes son de distintos tipos: hay que preparar cada uno de modo diferente. Auto examinarse da buen resultado.
Duerme bien la noche anterior al examen, ni se te ocurra tomar ninguna pastilla lo pagarás muy caro. Así evitarás el nerviosismo y el cansancio. Tampoco es bueno hacer comentarios con los compañeros momentos antes de empezar el examen: sólo conseguirás convencerte de que no lo llevas bien preparado y te pondrás más nervioso aún.
Lee detenidamente las preguntas antes de lanzarte a responder, incluso hazte un pequeño esquema siquiera mentalmente. Si te es posible, responde primero las preguntas más fáciles y deja para el final las que no  te sabes bien. Esto es especialmente importante en problemas de matemáticas, física, traducciones... Muchas veces gastas todo el tiempo de que dispones en hacer un problema y dejas el resto en blanco.
Comprueba los resultados, las unidades, la ortografía. No te precipites en entregar: usa todo el tiempo de que dispongas.

8. Para estudiantes de ciencias. Los problemas

Aunque es difícil dar una regla común, en matemáticas, Física, química muchas pruebas incluyen problemas: a partir de unos datos tienes que hallar otros, mediante una fórmula o varias.
En primer lugar has de elegir la fórmula adecuada, luego sustituyes las variables por los valores que te den (¡las unidades!) y te quedarán una o varias incógnitas para despejar. Hazlo con sumo cuidado y repasa los cálculos: es muy probable que te pidan los resultados exactos, y no bastará con que la solución esté bien planteada.

9. A pesar de todo, no consigo buenos resultados...

¡Ánimo, todo tiene solución en esta vida! Piensa en cuáles son tus fallos como estudiante, sé constante, no te desanimes... los resultados tardan en llegar, y los fracasos sirven para adquirir experiencia, no para lamentarte
Pide consejo a alguien con experiencia, realiza algún test de técnicas de estudio y perfecciona tus métodos como estudiante.
Quizá tengas problemas personales que te impiden concentrarte. Acéptalo y busca una solución, aunque a menudo no es fácil. Intenta desconectar de él cuando toca estudiar. Te juegas el futuro.
Si estás todo el rato pensando en una chica, estoy casi seguro que lo que más le agradaría es que no piense tanto y que estudies con provecho, para ofrecerle algo valioso, que se sienta orgullosa de ti.

10. Y lo más importante... 

Hay un punto de Camino, donde  se afirma que “Una hora de estudio es una hora de oración”: este libro tiene muchos puntos, un capítulo entero, dedicado al aspecto sobrenatural del estudio. Te vendría muy bien considerarlo detenidamente.
Ofrece a Dios tu trabajo.Recuerda que Él es el único que puede darte el éxito.

Así como cuando eras más pequeño te sentías a gusto cuando tu madre te observaba hacer las tareas, piensa que estás en la presencia de Dios y que te está mirando con cariño: no le defraudes.

jueves, 11 de noviembre de 2010

IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA

Autoestima: Idea que tenemos acerca de quiénes somos o cuál va a ser nuestra identidad, la fabricamos mediante la conducta que desarrollamos.




La autoestima de una persona es muy importante porque puede ser el motor que la impulse a triunfar en la vida, no en el plano económico sino en el terreno de lo personal; o hacer que se sienta verdaderamente mal aun a pesar de que parezca que lo tiene todo.

Suele suceder que la imagen que los demás tienen de una persona, no guarda relación con la imagen que esa persona tiene de sí misma. En los niños sucede lo mismo. Puede llegar hasta tal punto que, cuando se convierten en adolescentes, nos encontramos con casos en los que jóvenes con buena apariencia y excelentes resultados académicos pueden, de repente, cometer intentos de suicidio porque una novia les ha dejado.

Estos casos, que no dejan de sorprendernos a todos, probablemente se podrían haber evitado si ese joven hubiera tenido una alta autoestima.

Además, aunque no parece que la autoestima negativa sea la causa de importantes trastornos infantiles, sí es cierto que está presente en muchos de ellos.

¡¡¡VALÓRATE A TI MISMO Y SIGUE ADELANTE!!!  

DIFERENCIA ENTRE MÉTODO Y TÉCNICA

En muchas ocasiones los estudiantes de educación tienden a confundir lo que es el método con la técnica.  A continuación se presentan las definiciones de cada término y explicaciones precisas para poder diferenciarlos correctamente.

Método viene del latín methodus, que a su vez tiene su origen en el griego, en las palabras (meta=meta) y (hodos=camino). Por lo anterior método quiere decir "camino para llegar a un lugar determinado".

La palabra Técnica es la sustantivación del adjetivo técnico que tiene su origen en el griego technicus, que significa conjunto de procesos de un arte o de una fabricación. Simplificando técnica quiere decir "cómo hacer algo".

La metodología de la enseñanza es una guía para el docente, nunca es algo inmutable y debe buscar ante todo crear la autoeducación y la superación intelectual del educando.

Es decir, que el método es únicamente la forma en que se realiza algo, con orden y siguiendo ciertos principios, por ello en pedagogía se habla de método constructvista, humanista, conductista, etc. La técnica hace referencia a las herramientas que se utilizan para hacer llegar el conocimiento, entre otras las técnicas didácticas pueden ser Técnicas instruccionales (centradas en el instructor; expositiva o conferencia, diálogo-discusión o interrogativa, demostrativa, etc.) y Técnicas grupales (centradas en los participantes; lluvias de ideas, mesa redonda, análisis de casos, juego de roles, phillips 66, etc.). Tanto la Actividad como la Dinámica refuerzan el aprendizaje teórico, aplicando los principios metodológicos, pero en tanto una actividad puede ser pasiva (realizar una lectura o hacer comentarios e incluso realizar una discusión) la dinámica es la interacción de diferentes actividades que llevan al análisis de las acciones que se realizaron para llegar una conclusión del conocimiento.

LITERATURA CRISTIANA: PARA EDUCAR EN VALORES


¿Qué Comprende la Literatura Cristiana?

Uno de los elementos más importantes que buscamos en la literatura es la descripción del carácter piadoso, plenamente desarrollado o en desarrollo. Prefiero considerar el carácter piadoso literario en términos del héroe o la heroína prototípica Amerina, un icono de la era Cristiana. La humildad Cristiana – poder y autoridad restringidas y dirigidas hacia el bien – comprende la esencia de este heroísmo. El héroe Cristiano corresponde al hombre o la mujer de fe Bíblica. La literatura Cristiana presenta el legado histórico de la fe. La educación Cristiana puede entonces apropiarse de las lecciones de ese legado para la instrucción de nuestra generación.
Podemos identificar el carácter Bíblico en la herencia de los Peregrinos Americanos. Los Peregrinos sabían cómo mantener sus ojos puestos en Dios y sus manos en el arado. Su diligencia y fe en la adversidad, unidas a su visión estrictamente Bíblica forjaban un carácter que permanecía en Dios en cualquier circunstancia. Sus muchas pruebas materiales y pruebas de persecución les ayudaron a producir su capacidad de compasión y misericordia para otros. Estas experiencias, unidas con su entendimiento de la libertad del Nuevo Testamento forjaron su habilidad para el auto-gobierno local. Su apego a la Biblia, amor a la libertad y carácter probado establecieron el fundamento para las instituciones libres de América. Cuando encontramos tales elementos del carácter en la literatura, podemos estar seguros que hemos encontrado algún grado de expresión Cristiana.
Más importante aún, la literatura Cristiana tiene a Dios como su centro. El tratar el bien como si fuera mal y al mal como si fuera bien es algo que comúnmente caracteriza a la literatura no Cristiana. La literatura Cristiana considera favorablemente los Diez Mandamientos y los Dos Mandamientos de Cristo como determinativos de lo correcto y lo incorrecto. Además, la mayor parte de la literatura promueve una u otra visión de la salvación. La literatura pagana encuentra que los personajes destacados se salvan ellos mismos y son salvos por medio de meras circunstancias basadas en un determinismo materialista. La literatura Cristiana reconoce a Dios, aunque sea sutilmente, como Aquel que salva.